martes, 23 de agosto de 2016

Armstrong, un cazador de las historias detrás de la cerveza

"El perfil del consumidor de cerveza está cambiando mucho en el mundo”, explica el cicerón Darren Armstrong. Él experto lleva varios años inmerso en el mundo de la cata de la bebida dorada y últimamente se ha dedicado a explorar las bondades de la cerveza boliviana. "En Bolivia, por ejemplo, es impresionante el porcentaje de gente que la consume”, añade.

Armstrong es estadounidense pero radica hace dos años en el país. Considera importante divulgar las bondades de la cerveza porque sólo conociendo las que hay detrás del producto uno puede modificar su hábito de consumo.

Cuando llegó a Bolivia, el cicerón encontró que los consumidores de esta bebida eran muy diferentes en relación con los de otros países que tienen una cultura en torno a la cerveza. "Lo que me sorprendió en Bolivia fue el porcentaje de gente que consume cerveza. Es muy alto”. Pese a ello, explica, el mercado no ha impulsado una cultura en el consumo de esta bebida. De ahí que él asumió esto, precisamente, como su desafío.

"Bebidas alcohólicas como los cocteles, vinos o cervezas son mejor consumirlas con la familia, con los amigos y durante la comida. De lo contrario siempre habrá una línea que podemos sobrepasar y que convierte al producto en dañino”, explica.

Es cuestión de experiencia
Para Armstrong, degustar una bebida alcohólica, más aun la cerveza, es cuestión de experiencia. "Si voy a pagar por un producto, obviamente quiero sacar lo máximo. Eso se consigue únicamente con las experiencias que podemos recoger al momento de consumirlo. En ese afán, el cicerón juega un rol importante”, señala.

En los países de Latinoamérica, indica, casi no hay catadores y por lo tanto no hay una cultura del consumo de cerveza. Es diferente, dice, en Europa o en Estados Unidos, donde hay un movimiento hace más de 15 años que ha explotado con las cervecerías artesanales.

"Esto también incide en el consumidor quien, al ver que algo está cambiando, se interesa más y los cicerones son los que dan esta información”. De ahí que este catador tiene un desafío en el país de mostrar que el consumo de la cerveza también puede ser cultural y no así un consumo desmedido.

"La bebida no sólo hay que disfrutarla, hay que también entenderla y encontrar las historias que hay detrás de ella”, explica. "Yo no pensé que terminaría estudiando temas culturales. Sin embargo, fue mucho más interesante encontrar las historias detrás de la copa de cerveza”, agrega. Por lo que otro de los mensajes que lanza este cicerón es que "si a la gente le gusta la cerveza, intente encontrar esas historias”.

Armstrong observa que en Bolivia la cerveza sirve como un elemento de integración especialmente en la fiesta. "El mes de agosto es un tiempo para compartir con los amigos o la familia. Tiene su lado también un poco feo cuando se la consume en exceso. Pero veo que la cerveza es la bebida por excelencia a la hora de compartir esos momentos”.

En ese sentido, considera que aquí sí hacen falta cicerones o gente que pueda aconsejar cómo beberla, con qué tipo de comida para que la experiencia sea otra. "Es difícil identificar el consumidor aquí porque son varios, pero esto también es un patrón cultural. En Bolivia muchos consumidores tienen orgullo de su producto”.

En ese entendido, "sólo les falta aprender a conocerla, conocer sus historias y sus bondades”, agrega.

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