La planta, que está instalada a la altura del kilómetro 25 de la carretera a Warnes y que se extiende en 40 mil metros cuadrados, fue implementada con una inversión aproximada de 25 millones de dólares-.
El 70 por ciento de la inversión es boliviana y el 30 por ciento foránea, procedente de Compañía de Cervecerías Unidas (CCU) y Heineken International.
Uno de los principales desafíos es satisfacer, de manera responsable, las necesidades de sus clientes con productos, por un lado, con cierto grado de alcohol, como Heineken, Cordillera y Cerveza Real, y por el otro con productos sin alcohol, como la Malta Real, Mendocina, Agua Mendocina, Sinalco y Monster Energy.
En enero de 2014, SABMiller plc, la segunda cervecera más grande del mundo que ingresó a Bolivia a través de su subsidiaria Serranías Nevadas, anunció la salida de Cordillera del país y cerró producción a menos de tres años de incursionar y competir en el mercado cervecero. Según el gerente de Marketing, Alberto López, la fábrica actualmente está funcionando al 50 por ciento de su capacidad real y se pretende trabajar de igual forma en el mercado nacional, sobre todo en el eje troncal.
López agrega que no se piensa entrar en el juego de competencia desleal, sino trabajar en una “marca fuerte en términos de posicionamiento” y “productos de excelente calidad con precios justos”.
Actualmente la empresa genera 250 empleos directos y más de mil indirectos y cuenta con una planta construida entre 2009 y 2010, equipada con tecnología de punta, con tanques de fermentación traídos desde Dinamarca y una línea de envasado para latas y botellas de Alemania. "En este complejo industrial cervecero se envasan botellas de 300 y 620 centímetro cúbicos, cumpliendo estándares de calidad internacional y asegurando así la máxima calidad", asegura.
Mano de obra nacional
Según el gerente industrial, Juan Carlos Cárdenas, lo que eleva la calidad del producto son los ingredientes que intervienen en el proceso de la elaboración, pero sobre todo la experiencia de un buen maestro cervecero.
Jorge Arias, que se define como cochabambino potosino cuenta con más de 20 años de experiencia en la elaboración de cerveza y trabaja junto a un equipo de expertos que se formaron en Bolivia y en el exterior.
Según datos de BBO, el nivel de consumo de cerveza per cápita en el país es de 35 litros por año, bajo comparado con el de otros países, como Venezuela, que tiene 70 litros per cápita.
"No queremos competencia desleal, queremos calidad"
MARKETING
Alberto López. Gerente de Marketing de BBO
“Estamos en más de la mitad de los puntos de venta de Santa Cruz y en un buen tanto también en Bolivia, en términos de volumen. Estimamos que tenemos un 3 por ciento del mercado cervecero en el departamento.
Estamos trabajando principalmente en la calidad del producto. Nuestra estrategia es simple, queremos producir una cerveza de excelente calidad, del agrado del consumidor boliviano.
Se está invirtiendo mucho para conocer el gusto exacto del consumidor. Queremos darle un producto de muy buena calidad y en precios aceptables y competitivos. Todavía hay mucha oportunidad y expectativa de crecimiento. Cuando el consumidor escoge un producto no hay fuerza monopólica que pueda contra ello”.
Fabricación
• Entre los ingredientes básicos de Cordillera están la malta cervecera, el agua, el lúpulo y la levadura.
• El agua es extraída de dos pozos de 180 metros de profundidad y acondicionada en cuanto a sales y niveles de pureza.
• Otro ingrediente es la malta, que resulta someter los granos a un proceso de humectación en temperaturas óptimas.
• “A ese granito empieza a salirle raíces, llega un momento determinado que se corta la germinación. A eso le llamamos malta”, explica el gerente industrial, Juan Carlos Cárdenas.
• El tercer ingrediente es lúpulo, una flor que existe en zonas muy frías de Alemania y Estados Unidos y es utilizada para darle el toque amargo a la cerveza.
• El proceso de elaboración de la cerveza puede durar hasta 18 días por los procesos que se realizan en los tanques.
• El fermentado es uno de los procesos que implica al menos 15 días. Ahí se realiza el mezclado con la levadura.
• Finalmente, en el envasado se realizan controles de sanidad en las botellas para asegurarse de que no existan impurezas.
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