lunes, 27 de mayo de 2013

Los habitantes de Corea del Norte enloquecen por las cervezas oscuras

A pesar del aislamiento, la escasez de recursos y la hambruna que ha sufrido Corea del Norte, sus habitantes no tienen que renunciar a reunirse con sus amigos a disfrutar de un buen trago de cerveza fría de fabricación nacional.

Es tal el fervor por la cerveza de los norcoreanos que en 2000 el gobierno comunista compró una destilería británica por 2,3 millones de dólares y la reconstruyó pieza por pieza en las afueras de la capital, Pyongyang, para producir la cerveza Taedonggang, una de las marcas más populares del país.

El embargo económico y las circunstancias que vive el país hacen que la tradición cervecera de Corea del Norte sea muy distinta a la de países vecinos como Corea del Sur, China y Japón.

BBC Mundo habló con Josh Thomas, un publicista estadounidense y aficionado a la cerveza residente en Hong Kong, quien recientemente participó en un recorrido por cuatro destilerías artesanales del país.

Según Thomas, es muy habitual ver por las calles de la capital, Pyongyang, a grupos de ancianos reunidos en torno de unas cuantas botellas de Taedonggang. Por su parte, los norcoreanos o extranjeros con recursos las degustan en las destilerías de bares y hoteles estatales, en enormes pintas servidas con sifón al más puro estilo alemán o británico y por un costo de hasta ocho dólares la cerveza.

Las sanciones han hecho que los norcoreanos sean más proclives a degustar cervezas oscuras, de fuerte sabor y mucho cuerpo, cuenta Thomas.

Los continuos cortes de electricidad que afectan al país impiden a los coreanos elaborar cervezas rubias, que necesitan de cinco a seis meses de refrigeración. Por el contrario, las “ales” (cerveza amarga) suponen mucho menos esfuerzo, al requerir tan sólo un proceso de tres semanas sin necesidad de frío.

“Les gustan las stouts, las cervezas oscuras, tienen cervezas achocolatadas o café; son como las irlandesas, cremosas y con un color como la cerveza Guiness, pero sin su sabor”, describe Thomas.

Por otra parte, la escasez de combustible hace que el transporte de cerveza por el país sea difícil y, por lo tanto, proliferen las destilerías artesanales en hoteles, bares y restaurantes controlados por el Estado.

En su recorrido, Thomas visitó la destilería que ahora posee la marca Taedonggang, la fábrica de cerveza Paradise y la destilería del hotel Yanggakdo de Pyongyang, así como una en un bowling local.

Según Thomas, la mejor cerveza que probó fue una hecha a base de trigo que le sirvieron en la destilería Paradise.

Thomas considera que algo que se podría aprender del modo en que los norcoreanos hacen su cerveza es su capacidad de hacer mucho con muy poco. Es esta posibilidad de experimentar lo que, para algunos, dota de mayor originalidad a la cerveza norcoreana respecto a la de países como Corea del Sur.

Un polémico artículo publicado por la revista británica The Economist en 2012 generó resquemores entre los surcoreanos al afirmar que la cerveza de su país era “aburrida” en comparación con la que producen sus vecinos comunistas.

No obstante, pese a su reciente buena fama, las virtudes de la cerveza norcoreana siguen y seguirán siendo un misterio para muchos (BBC Mundo).

La música que escuchamos depende de cómo somos
Según un estudio, si ama el blues o el jazz probablemente será una persona lista, imaginativa, tolerante y liberal, además de abierta a nuevas experiencias. Los que prefieran el heavy metal coinciden en su elevada inteligencia y son especialmente curiosos, atléticos y habituales cabecillas sociales. Extroversión, locuacidad, energía y una elevada autoestima son los rasgos que mandan entre los fans del hip-hop y el funky. Y quienes escuchan a Madonna o bandas sonoras suelen ser conservadores, adinerados, felices, agradables y, con frecuencia, emocionalmente inestables.



Frustración y envidia, los sentimientos del Facebook
Un reciente estudio revela que el uso de Facebook potencia en un tercio de los usuarios dos sentimientos negativos: frustración y envidia. Los expertos lo atribuyen a que el acceso a noticias positivas y a perfiles de amigos que parecen tener una vida de éxito favorece la comparación social. Las personas que apenas interactúan y que en lugar de establecer comunicaciones interpersonales, utilizan las redes sociales como fuente de información para “espiar” lo que hacen sus contactos, o para navegar a través de sus fotos, son especialmente proclives a mostrar estos sentimientos.

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